"Rumbo a la noche" de Alberto Vázquez-Figueroa, 2017 | RESEÑA

¡Saludos, moradores de la Buhardilla! ¿Qué tal? Pido disculpas por el parón que ha habido. Una circunstancia personal que se presentó de pronto me tuvo con todo parado en el blog, que no en la lectura: tengo varios títulos que voy a ir reseñando estos días, ¡así que estad atentos, que no serán la única novedad!

Vamos con la reseña de hoy: agradezco primero a Bibiana Ripol Comunicación por enviarme el ejemplar, me ha encantado descubrir autor y pluma.

Autor/a: Alberto Vázquez-Figueroa

Título original: Rumbo a la noche

Edición: tapa dura con sobrecubierta, ediciones B; primera edición, febrero de 2017.

Páginas: 300

Precio: 19.50€ (ésta edición)

ISBN: 9788466659857

Sinopsis:

Caribel trabaja como prostituta en un burdel de lujo. Es una mujer culta e inteligente, que se maneja con frialdad en su oficio con el único objetivo de acumular dinero y retirarse al cabo de unos años. Hasta que una noche oye un ruido raro procedente de la habitación de una compañera y al ir a investigar encuentra el cuerpo de esta ensangrentado.
Caribel decide entonces jugárselo todo para averiguar qué le que ha ocurrido realmente a su amiga. Sus pesquisas la llevarán hasta Panamá, y allí se verá envuelta en una compleja trama que extiende sus tentáculos hasta Estados Unidos, donde la elección de un nuevo presidente amenaza con alterar el orden mundial: su nombre es Donald Trump.

Tengo que decir que después de que me hayan estado recomendando El anillo verde mucho tiempo y de haber estado viendo opiniones varias sobre las buenas sensaciones que deja leer a este escritor, comprendo a qué se refiere todo el mundo que mantiene esta opinión.

Quizá no se trata de libros extraordinariamente adictivos, o con tramas sumamente enrevesadas, y tampoco lo sé ni puedo hablar con total seguridad puesto que este es el único título que he leído (por ahora, pues estoy segura de que buscaré más lecturas de la pluma de Vázquez-Figueroa), pero lo que sí puedo afirmar es que se trata de una lectura que te deja una sensación de satisfacción, una sensación que queda después de una buena lectura, y vista la trayectoria de Alberto, en este caso creo que la sensación se debe a todos los años de experiencia y de gusto por lo que hace, porque se nota.

Tenemos esa sensación constante de recreo, de regocijo en el placer de la escritura, en tejer historias; consigue transmitir esa sensación y en mi opinión es muy importante porque independientemente de la trama, lo que hace esto es proporcionar un hueco al lector en una especie de burbuja lectora, como un refugio en el que gracias a ese gusto por la escritura se nos transmite el placer por la lectura. Un toma y daca, de toda la vida. Me ha gustado mucho encontrar esta especie de relación entre escritor y lector.

Quería abordar esa cuestión como gran punto a favor o como algo destacable, porque pocas veces me ha ocurrido. Del mismo modo voy a destacar la cantidad de detalles, menciones a hechos de nuestra sociedad, o a... sencillamente, a elementos que nos son familiares; utilizando este recurso y situando la historia en un punto muy cercano a nuestro presente (concretamente, en 2016), la lectura se hace muy rica, y logra introducir al lector en la trama. Así que estos dos puntos: ese gusto por la escritura transformado a través del libro en el placer por la lectura, y por otro lado la enorme cantidad de detalles (sumado al estilo, del que hablaré en breve), hacen que peso principal de la novela en este caso, en mi opinión, esté solucionado.

Esto le deja a Alberto vía libre para meterse de lleno con trama, estilo, personajes... Etc.

Toquemos primero la estructura: de manera externa se divide en capítulos denominados con bonitos números romanos y estos a su vez, se dividen en fragmentos pasando de un personaje/escena a otro. La estructura interna es más compleja, y sigue la trama. Comenzamos con un personaje que presencia un acontecimiento y alrededor del cual irán surgiendo otros personajes, que se nos mostrarán en boca de otros y poco a poco con sus propias escenas, así que la estructura interna podríamos decir que comprende el desarrollo de los quehaceres de Caribel. 

Sé que queda muy confusa la estructura interna, pero, ¿qué pasa? Que está en completa sintonía con la trama y por ello no puedo decir mucho más de la estructura sin estropear nada. 

La trama. Veamos. Caribel es una prostituta de altos vuelos, y nos va enseñando su mundo, así como su interior, y las relaciones que tiene con el mundo y con diferentes personalidades. Exactamente no llegué a ubicar dónde se suceden los hechos, quitando los viajes que realizan los personajes. La cuestión es que ella escucha el asesinato de una compañera, y se ve arrastrada por sí misma a una serie de averiguaciones que utilizará el escritor para darnos un paseo acerca de muchos asuntos que rodean nuestra actualidad regalándonos una historia de la que vamos a estar pendientes cada vez que cerremos el libro. Me parece que es una manera muy astuta de mezclar trama y darle chispa con los detalles que he comentado antes. 

Le vino a la mente una curiosa frase de un libro que analizaba la explotación colonial de África durante los siglos XVIII y XIX: 

"Se puede matar negros porque hay muchos, nadie sabe quiénes son y a casi nadie le importan, pero no se puede matar blancos porque están contados."

 Aquellos tiempos habían pasado -o casi-, pero al parecer lo que ahora se podía matar eran prostitutas porque no estaban contadas y probablemente a casi nadie le importaban.

P. 84, Rumbo a la noche, Alberto Vázquez-Figueroa.

Voy a destacar como decía antes el estilo de Vázquez-Figueroa: es un hombre que ha vivido muchas experiencias, se ha documentado, ha escrito y ha leído muchísimo y todo eso se nota. Su estilo diría yo que es.. si no inconfundible, muy muy personal. Inunda el libro con detalles sobre culturas, sobre sistemas de economía, pasando por asuntos referentes a las mujeres, al vino, a la comida, al funcionamiento de empresas, terminando por la manera tan especial de describir entornos y escenas con pocas palabras; le basta con poco para transmitir mucho. Así que el estilo es algo que se suma con mucho peso a los dos elementos que comentaba antes.

Quizá como defecto comentaría las escandalosas cifras de dinero que ganan algunos de los personajes en el prostíbulo, pero el mundo de hoy en día no me sorprendería si esos datos fuesen ciertos; únicamente me pareció incongruente en el momento de leerlo.

No encontré defectos per sé, obviamente la novela puede gustar o no y en mi caso, me gustó mucho: disfruté con todas las menciones a diferentes culturas, con el modo de describir las sensaciones, con el día a día de los personajes y con lo poco que nos deja ver de ellos. Ese es otro punto a favor: realmente sabemos poco de los personajes, los que rodean a los protagonistas no sufren evolución, ni tampoco vemos gran avance en los protagonistas, pero sí podemos apreciar mucha profundidad en estos últimos y en los demás (terciarios, secundarios...) vemos que claramente están pensados a conciencia, si bien no se desarrollan. Destaco a Caribel: es fría, hermética, y sus diálogos están muy en consonancia con esto.

En definitiva, te va dejando pistas para que tejas tú solo la historia y al final solo tenga que darte un empujón con el final, que desemboca en un asunto muy presente estos días: otro acierto. Historia, disertaciones, culturas antiguas, economía, curiosidades, buenos personajes y una trama trabajada y muy sutilmente unida son los componentes de Rumbo a la noche. 

Bora bora, de Alberto Vázquez-Figueroa

Después de haber leído un libro suyo, ahora me apetece muchísmo leer Bora bora, porque estoy segura de que me va a encantar descubrir cómo ve el escritor los impresionantes pueblos y tribus de Oceanía. ¿Y tú, morador, has leído algo de Alberto Vázquez-Figueroa? ¿Le conocías? ¿Te animarás con la novela? ¡Nos leemos en la próxima entrada!